3/1/09

¿Sabes . . .?

Que los misioneros vienen en diferentes tamaños, pesos y colores, pero todos han sido enviados por el mismo Señor, quien los manda a evangelizar. Misioneros se encuentran en todas partes: saliendo, animando, lanzándose, regresando de haber estado, trayendo, soportando y tomando su lugar. Cristianos los aman, gobiernos los toleran, padres los extrañan, paganos los ignoran, y Cristo los protege. Un misionero es la verdad con un eje partido en las manos, belleza con un niño enfermo entre sus brazos, sabiduría con una Biblia en el bolsillo, y esperanza con Cristo en su corazón.

Un misionero tiene la paciencia de un pescador, la audacia de un acróbata, el cuidado de un contador, la visión de un soñador, la inteligencia de un maestro, la gracia de un comediante, la irresponsabilidad de un niño, y cuando emprende alguna cosa, todo lo hace en oración.

Cuando usted viene al templo, sintiéndose confiado de que es un tremendo cristiano, él puede despertarlo de su sueño con las palabras tan sencillas: "Venga a trabajar con nosotros".

¿Qué le contestarías tú? ¿Quieres ser un misionero?
¡Jesús te necesita ahora!

Autor desconocido

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